Editorial Funglode presenta una edición más completa y documentada del libro “La fiesta del rey Acab”

Es la edición dominicana de la primera novela que satirizó y criticó la tiranía de Rafael Leónidas Trujillo estando con vida el dictador

(Santo Domingo, 21 de marzo de 2013)Editorial Funglode puso en circulación este jueves 21 una edición dominicana más completa y documentada de la novela satírica “La fiesta del rey Acab”, escrita por el impulsor de la generación del 50 en Chile, Enrique Lafourcade. 

La edición dominicana de la primera novela que satirizó y criticó la tiranía trujillista, estando con vida el dictador–aunque en el ocaso de su era- cuenta con el prólogo del embajador dominicano en Chile, Pablo Maríñez. La obra fue impresa en Serigraf y fue presentada por el intelectual dominicano Marcio Veloz Maggiolo, quien también ha novelado sobre la dictadura. 

 

En el acto de presentación, el escritor Veloz Maggiolo destacó la valentía y la belleza literaria de la obra de Lafourcade y aseguró que gracias a su gran imaginación, el lector puede recorrer ambientes, ideas y paisajes a través de cada página.

 

Dijo que el autor de la obra mezcla magistralmente lo histórico y lo cotidiano: “Lafourcade manifiesta una lucha de dos mundos: el real y de las sombras. Invita a compartir el mundo de la dictadura, nos hace apegarnos a un recuerdo distante y a recorrer los palacios del rey Acab”, expresó.

 

El embajador Pablo Maríñez aseguró que “La fiesta del rey Acab” es una sátira impresionante. Destacó que a diferencia de “La Fiesta del Chivo”, de Mario Vargas Llosa, el autor crea nombres ficticios y cada personaje de la familia de Trujillo debe ser decodificado por el lector.

 

Explicó que el hecho de que un chileno haya escrito sobre la dictadura de Trujillo se explica porque desde la década de los años 30 y 40, había iniciado en su país, México y Argentina movimientos editoriales consolidados. Además, indicó que en la década del 50 se desarrolló el movimiento “La generación del 50”, encabezado por Enrique Lafourcade.

 

Agregó que las denuncias en contra de Trujillo eran espacios de primera plana en la prensa de la época por la institucionalidad chilena. Recordó que para poder publicar la obra, tuvieron que imprimir en tres imprentas para que el dictador no lo impidiera.

El acto de presentación de la novela contó con la presencia del ex presidente dominicano y presidente de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode), Leonel Fernández; el ex ministro de la Presidencia, César Pina Toribio, los historiadores Euclides Gutiérrez Félix y José del Castillo, el senador de Santiago Julio César Valentín; el ex ministro de Interior y Policía, Franklin Almeyda, intelectuales, escritores y estudiantes.

La obra

“La novela fue publicada tres años después del secuestro en Nueva York y desaparición del profesor vasco Jesús Galíndez Suárez en 1956; 31 años antes de la novela Galíndez (1990), del español Manuel Vázquez Montalbán, y 41 años antes de su cuasi homónima La fiesta del Chivo (2000), del peruano Mario Vargas Llosa”, explica Maríñez en el prólogo. 

En 228 páginas, Lafourcade ficciona sobre aquellas conjeturas que se formaron sobre el tirano dominicano tras el asesinato y desaparición de Galíndez, el 12 de marzo de 1956, hasta el ajusticiamiento de Trujillo, el 30 de mayo de 1961, puesto que durante ese lustro “se produjeron varios crímenes más bajo el patrocinio de Trujillo, incluyendo el asesinato del presidente de Guatemala, Carlos Castillo Armas (1957), el asesinato en México de José Almoina (1960), y el intento de asesinato del presidente de Venezuela, Rómulo Betancourt, en junio de 1960”.


Para retratar este entorno de decadencia de la dictadura, pese a que Trujillo se autoproclamaba invencible y pretendía crear una dinastía, el escritor chileno realiza una analogía entre el tirano caribeño y el séptimo rey de Israel; pues Acab, según el Antiguo Testamento, tuvo una trayectoria política y personal que pueden equipararse con el dictador dominicano. Son estas similitudes satíricas, en especial de las fiestas y banquetes, las que convirtieron y reivindican esta novela como una de las obras supremas de “la lucha contra las dictaduras, la defensa de la democracia y la libertad”, precisa Maríñez.